LA HISTORIA DE LA HERMANDAD Y SU RELACIÓN CON LA COFRADÍA DE SAN VICENTE
LA COFRADÍA DE SAN MIGUEL, HOY HERMANDAD Y SU RELACIÓN CON LA COFRADÍA DE SAN VICENTE.
Por Amadeo Civera Marquino.
Presidente de la Hermandad de San Miguel.
El actual presidente de la Hermandad de San Miguel, Amadeo Civera, repasa en este texto la evolución de la Hermandad a través de su historia, y la buena sintonía con la Cofradía de San Vicente.
Según el manuscrito titulado Libro de Apuntaciones de Mariano Llavata y Llopis (1), desde antiguo el Consejo de la Villa de Llíria era el encargado de las celebraciones religiosas festivas y sus costes. Contribuyendo a sus expensas, como consta por los consejos y determinaciones capitulares de la villa, mayordomías y propios de aquella. Registrados por el escribano Lorenzo García en el siglo XVIII.
En cuanto al Patronato y Administración nos dice el citado manuscrito “Ya queda sentado, que la Villa desde tiempo inmemorial, a esta parte, mantiene la fabrica de la iglesia, como titulada patrona de ella y hermitas y celebracion de sus fiestas votivas y demas cosas que quedaban relacionadas, …”
Por las clavarías antiguas, sabemos que ya se pagaban las fiestas y su dedicación, en el siglo XV y posteriores “siguiendo la costumbre como consta en las clavarías de los años 1480 y centuria de 1500 y 1600 hasta 1716 que la villa pagaba las festividades del Corpus, Semana Santa, San Vicente Ferrer, San Miguel, Santa Bárbara, San Blas, San Roque y otros”.
Labor durante el Siglo XVI y XVII
En el archivo del Real Monasterio, con el núm. 26, se registra un libro que lleva por titulo Donación hecha por la mayorala a la Cofradía de San Miguel. Año 1528, interesante libro y título del que tenemos referencia pero que no hemos podido consultar. También en el Archivo del Reino de Valencia, se custodia un Libro de Cuentas del eremitorio de San Miguel de Liria, año 1564 – 1584 (Clero. Libro 4212), donde se reseña el pago de gastos en celebraciones festivas.
En las fiestas de San Miguel del 29 de septiembre de 1585, hay una colaboración en los gastos de su celebración, del dinero recaudado de limosnas en la parroquia “y tot aso es paga dels dines de la caxeta que es plega en la esglesia”.
Del siglo XVI, data un libro titulado Libro de cuentas de la Cofradía de San Miguel, con referencias a los años 1515, 1564, 1573, 1584 y 1585, del que tenemos notícia pero que no hemos podido localizar.
En el Consejo General de la Villa de Llíria, celebrado el día 1 de abril de 1670 “fue deliberado que la villa continuase pagando a expensas de la bolsa común, las fiestas y celebraciones acostumbradas, en su iglesia parroquial”.
Los cambios del siglo XVIII
Para que conste su importe copiamos del Libro de Apuntaciones, una partida de la clavaría de los años 1702 – 1703, del cargo de Juan Martínez, que a la letra es del tenor siguiente.
Item. En dicho día, de provisión de los tres Jurados, pago a Mosen Francisco Alcocer, presbítero y colector del clero y capellanes de esta Villa ciento catorce libras, diez sueldos, ocho dineros, debidas por las celebraciones y fiestas que dicho clero ha celebrado, por la Villa y son las siguientes:
En 20 de enero por la fiesta cantada en la ermita de Santa Barbara y San Sebastián…………………………………………………………………………………………….… 3 L 4 S 2 d
Tres de febrero fiesta cantada y procesión de San Blas, la procesión General…….…………………………………………………………………………………………... 4 L 11 S 11d
En 18 de febrero, por misa cantada al Santísimo Sacramento………………………. 13 S
En 15 de abril, por las misas cantadas, una de la Santísima Trinidad, otra a la Concepción de la Virgen María, otra a San Gregorio Ostense y después procesión a la cruz de mosen Llopis a bendecir el termino…………………………………………………………………………………………………. 7 L 17 S 3 d
En dicho mes por la fiesta cantada a San Vicente Ferrer y procesión al Convento de la Fuente…………………………………………….………………………………………………...… 12 L 6 S 1 d
Item desde el 16 hasta el 23 de dicho mes, por siete misas cantadas de los siete gozos de la Virgen María…………………………………….………………………………………………………….… 12 L 3 S 1 d
Item desde el 24 hasta el 28 de idem por cinco misas cantadas de Plagis, en rogativa por agua………………………………………………………………………………………………….….. 8 L 12 S 5 d
En 1 de mayo fiesta cantada a San Pons…..….………………………………….……. 4 L 16 S 7 d
En 2 de idem, misa cantada a la Santísima Trinidad, y procesión de San Pons a la cruz del Cami de Valencia bendición del término….………………………………………………………............. 4 L 5 S 1 d
En 4 idem, misa cantada de la Concepción y procesión de San Pons bendición del término………………………………………………………………………...………...………………. 4 L 1 S 7 d
En 5 idem, misa cantada a San Gregorio Ostense y procesión a San Pons a Partidors bendición del termino………………………………………………………..……………………………………..….… 4 L 5 S 1 d
En 7 idem, procesión a San Pons a maldecir el gusano de las viñas………………………………………………...………………………………………………....….. 2 L 9 S
En 8 idem, fiesta cantada a San Miguel en su ermita…………………………….…..... 3 L 2 S 2 d
En 7 de junio, fiesta cantada al Santísimo Sacramento y procesión General por la tarde………………………………………..…………………………………………………………...… 9 L 15 S 2 d
En 8 y 9 idem, por completas cantadas del Santísimo Sacramento……………………………………………………………………………………………..... 1 L 10 S 8 d
En 16 de idem por misa cantada de la Dedicación de la iglesia y procesión claustral del Santísimo Sacramento y horas cantadas la octava de Corpus………………………………………………...…. 16 L 15 S 11 d
Además del importe, obtenemos curiosa información del santo o patrono a quien se dedica la celebración, como ocurre con San Pons, que durante siglos ocupó un lugar importante dentro de la devoción popular de los cristianos de Lliria, al igual que los gastos de la celebración el día de la festividad de San Vicente y rogativa, y los de San Miguel en mayo, fiesta de la Aparición (2).
Entre los acuerdos y determinaciones capitulares del año 1739, folio 103 y siguiente, encontramos otra noticia aislada del importe que paga la Villa por las celebraciones de las fiestas votivas, la cual, asciende a 93 L 14 S 8 d cada año.
El Consejo, de la bolsa común, sufragaba los festejos cívicos y religiosos que la villa dedicaba al glorioso Arcángel, pero también el pueblo contribuía a ellos de una manera directa. Por entonces propiamente cofradía no la hubo, en fecha 2 de mayo de 1774 localizamos la siguiente noticia “de antiquísimo se elegía una Mayoralía que constaba de un clavario y cinco mayorales por cada año de la clase de mozos, quienes por costumbre entre ellos concluidas las funciones circulaban los cargos para el año sucesivo a otros pasando a cada uno un ramillete en señal de aceptarles, cuya acción se ha interrumpido en diversos años, pues no hallando quien les admitiese precisaban a la Villa, a buscar el desempeño a las veces que obligaba a los mismos Capitulares para tenerle, habían de recibir los ramilletes y hacer que sus hijos hiciesen las fiestas para no dar la nota”. Se formó una congregación voluntaria bajo el título del Príncipe y Arcángel San Miguel, denominada Milicia de San Miguel, que duró hasta la guerra de la Independencia, “Constaba de cuarenta hombres, diez por cada año para que desempeñen la fiesta y para el efecto y estabilidad, se formen capítulos y ordenanzas y los presenten al Ayuntamiento para su aprobación”.
El siglo XIX
En el Libro Capítulo del Clero del 21 de agosto de 1815, fol. 8 vto., leemos “se hizo también presente: que algunos individuos de este pueblo llevan ánimo de fundar una cofradía en honor del Arcángel San Miguel nuestro Patrón; a cuyo fin solicitan que este Clero se ponga a la cabeza, quedando a su cargo el Priorato como en las demás cofradías sin contribuir más que en el personal y sin gasto alguno”.
Y el Capítulo del 1 de octubre de 1835, fol. 176 vto., nos dice “se leyó un memorial del Clavario y Mayorales de la Cofradía de San Miguel, con fecha 30 de septiembre, pidiendo algo de rebaja en el pago de la fiesta, que ellos habían determinado solemnizarla porque el Ayuntamiento no la pagaba”.
En ese periodo de 1815 a 1835, se debió fundar y establecer la Cofradía de San Miguel, en la parroquia de Llíria.
Por otro lado la Cofradía de San Vicente, fundada en fecha 30 de noviembre de 1761 y, establecida en la parroquia de Lliria, desaparece en el año 1834, y reaparece en 1847. En el Libro de Actas de la misma, año 1858, leemos “se llega a convenir entre la Cofradía de San Miguel y San Vicente, que sus imágenes y cofradías se acompañen mutuamente en sus fiestas respectivas”. De los dos patronazgos, el de San Miguel fue elegido canónicamente y por decreto pontificio, el de San Vicente, por aclamación y reconocimiento popular.
El 24 de septiembre de 1885, con el patronazgo canónico de San Miguel, la fiesta de la Dedicación, era declarada de precepto por el papa León XIII. Ese año fue clavario D. José Marqués Soler, antiguo alcalde de Llíria.
La Cofradía en el Siglo XX
Como en la iglesia de religiosas no podían establecerse cofradías, además, de existir la ya mencionada cofradía de San Miguel en la parroquia de Llíria, S.S. Benedicto XV, que gobernó la Iglesia desde 1914 – 1922, durante su pontificado concedió el establecimiento de una Pía Unión de San Miguel para todos los que quisieran inscribir su nombre bajo la protección del Santo Arcángel.
En el año 1931, debido a los cambios políticos el Ayuntamiento dejó de contribuir en las solemnidades religiosas y, el entonces vicario de la Arciprestal D. Miguel Aliaga Turo, con el fin de que las dedicadas al excelso Patrón se celebrasen dignamente, determino dar incremento a la Cofradía.
En 1935, con motivo de la celebración de las Bodas de Oro del Patronazgo de San Miguel, fueron Clavarios, D. Miguel Fabra Llavata y Dª. Ana Ferrando Codoñer. Desde 1936 y hasta 1939, no hubo ningún tipo de actividades religiosas.
A partir de 1939, hubo un nuevo impulso a cargo de D. Francisco Martínez Enguídanos, que perduró hasta el año 1952, en que la Cofradía celebra su última festividad, quedando totalmente inactiva, pues, a partir de ese año el Ayuntamiento asume la celebración de las fiestas patronales y, con la cooperación de toda la Ciudad se desvive porque cada año tengan una mayor lucidez.
En el año 1941, fue clavario de las fiestas D. Lorenzo Cortés Carbonell y clavariesa Dª. Carmen Castellano Martínez. En 1951, clavario D. Vicente Vicente Albiach y clavariesa Dª. Miguelita Rodilla Cortés. Por entonces y a cargo de la cofradía se confeccionó un precioso manto de terciopelo rojo.
En el año 1957, se creó la Asociación Amigos de San Miguel, con reglamento propio pero con una vida efímera. Que trató de contribuir en las reparaciones sufridas en el monasterio con motivo de las intensas lluvias de aquel año.
En el año 1974 hay un nuevo intento de potenciar la desaparecida Cofradía. Ante los nuevos cambios políticos, concretamente la primera corporación democrática del año 1979, acuerda desentenderse de los actos religiosos, se configura la Hermandad de San Miguel, cuyo reglamento se aprobó el 3 de noviembre de 1981. Establecida en la iglesia del Real Monasterio de San Miguel de Lliria, desde su fundación toma carácter interparroquial y uno de sus objetivos es promover por la devoción del Santo Arcángel la unidad de las comunidades cristianas de Llíria. El 29 de septiembre de 1999, se aprueban los nuevos estatutos. La Hermandad junto con el Reverendo Clero colabora en la organización de los actos religiosos, tanto en las festividades del 8 de mayo “Aparición de San Miguel” y 29 de septiembre “Fiesta de la Dedicación”, potenciando el culto, veneración y devoción al Santo Arcángel.
Ciento cuarenta y ocho años han transcurrido desde el acuerdo tomado por las directivas de las cofradías de San Miguel y San Vicente, para que se acompañen ambas imágenes y cofrades en las celebraciones procesionales, con el fin de potenciar dichos actos, veneración y culto a los santos patronos.
En el año 1997, reunidas las juntas Directivas de la Cofradía de San Vicente y de la Hermandad de San Miguel, llegan al común acuerdo de que la imagen de San Miguel, la víspera de la celebración de la romería anual sea trasladada a la parroquia de María Madre de la Iglesia, y así el día de la celebración de San Vicente, el Arcángel San Miguel acuda al encuentro del Apóstol valenciano en el Pla de l´Arc.
De manera recíproca San Vicente, la tarde del 28 de septiembre, día de la bajada del Arcángel, acude al encuentro de éste en la calle de su propio nombre, donde se acumula enorme gentío, que entre los sones músicales de la rondalla y bandas de Lliria, vítores, aplausos y traca, aclaman con gran entusiasmo y emoción a sus patronos.
Se trata de nuevos acontecimientos de carácter religioso popular en la romería de San Vicente y en la bajada de San Miguel, que se vienen celebrando durante diez años, cada vez con mayor entusiasmo y fervor popular.
Otros aspectos de la buena relación y colaboración entre Cofradía y Hermandad, es la de custodiar en la iglesia del Real Monasterio la imagen de San Vicente, utilizada el día de la rogativa, donde en su propio altar recibe veneración todo el año.
También, de unos años a esta parte y, tras la elección del clavario y clavariesa de las fiestas vicentinas, se trasladan a sus respectivos domicilios, unas pequeñas tallas escultóricas de San Vicente Ferrer, que se exponen y custodian durante el tiempo de su clavaría. Ambas imágenes propiedad del Real Monasterio de San Miguel, han sido cedidas para tales actos a la cofradía de San Vicente.
Acontecimientos que tratan de potenciar ambas celebraciones festivas, el uno acordado hace ya siglo y medio, el otro mas reciente, una década, que contribuyen a aproximar más si cabe la relación entre la Cofradía de San Vicente Ferrer y la Hermandad de San Miguel, en la Ciudad de Lliria.
Notas del autor
(1). Mariano Llavata y Llopis (1821-1899). Descendiente de una de las familias más acaudaladas y descollantes. Desempeñó varios cargos municipales, entre ellos el de alcalde, allá por los años 1862 y siguientes. Falleció el 21 de octubre de 1899.
Tuvo destacada propensión a las cosas históricas de Lliria. En su casa atesoraba un acervo interesantísimo de datos y documentos. A sus expensas, se tradujeron algunos privilegios reales. Nos ha legado el libro manuscrito titulado “Liria. De apuntaciones de Mariano Llavata y Llopis, copiado por su propia mano en esta Villa de Liria, empezando desde el año 1866”. Libreta con cubiertas de fuerte cartón, lomo de piel tamaño folio, que consta de 110 páginas manuscritas. En ellas va trasladando unas veces y extractando otras copias de los acuerdos municipales contenidos en los Libros de Actas. Gracias a su laudable trabajo, poseemos hoy en día algunas noticias, algunas destacadísimas, de los principales sucesos de lo que contenían los desaparecidos Libros de Sesiones de aquellas centurias.
(2). El 30 de abril de 1596, el Patriarca-Virrey Juan de Ribera, decretó que la fiesta de San Miquel de Mayo, fuese fiesta mandada en Lliria. La fiesta de mayo fue declarada 289 años antes que la de septiembre.